Génesis 37: 5 – 11, 19

“Soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. ⁶ Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: ⁷ He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. ⁸ Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.⁹ Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. ¹⁰ Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? …”.

“¹⁸ Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. ¹⁹ Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. ²⁰ Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños”.

Hoy en medio de una sociedad decadente por falta de valores y principios en las familias se ha dado paso a que muchas de ellas dejen de soñar con  un mañana de bendición, limitándose solo a sobrevivir día tras día, sin tener una posición clara y definida ante la vida.

 Es por ello, que desde el más joven hasta el más anciano dentro del núcleo familiar, se encuentra desenfocado e incapacitado para poder ver los tiempos buenos que vienen, sobre sus vidas y la de sus familias.

 Y aunque alguien cercano les hable firmemente y constante de sus sueños no son capaces de comprenderlos y terminaran burlándose, aborreciéndolos y aun en más terminan conspirando para matar esos sueños.

Así como en el tiempo de José, a las familias de CCN se nos ha dado un sueño de poseer esta tierra y de gobernar sobre ella bajo la dirección de Dios, por eso el trabajo  de casas de paz, células de mercado, el trabajar con los niños, con los preadolescentes y jóvenes, con las familias, con los empresarios, con NUVIPA, todo comenzó como un sueño  pero ya hoy es una realidad.

José comenzó soñando, pasó por el rechazo y la burla de sus hermanos, vivió circunstancias difíciles, pero nunca dejó de soñar y por eso Dios estaba con él (Génesis 39:2 -3),  y lo que comenzó con un sueño mas tarde lo llevó a gobernar sobre una nación.

Hoy más que nunca como familias que anhelamos ver un cambio y restitución sobre nuestra nación debemos activar los sueños que Dios nos ha dado, debemos entender que cuando un sueño de Dios se nos revela ya no hay nada oculto que no se pueda desatar a nuestro favor, por eso no permitas que tus acciones diarias te impidan soñar y caminar sobre la nación que debemos consolidar y gobernar.