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MIENTRAS ESPERO EN EL SEÑOR

Esperar es una palabra que cobra un significado muy diferente  en las personas, etimológicamente viene del Latín “sperare”, que significa tener esperanza, por lo que la palabra denota en sí que tenemos esperanza. La Biblia nos exhorta a esperar en Dios, en reiteradas ocasiones Dios ha establecido que debemos esperar. Podemos ver así que la palabra esperar revela una acción, entonces hay algo que debemos hacer mientras esperamos, la propia acción de esperar trae consigo en la Palabra una reacción, de allí se determinará si esperar puede traernos paz y reposo o puede, al contrario ser de angustia.

Cuando hablamos de esperar, específicamente en este sentido, nos referimos al amor, al noviazgo como la guía para el pacto matrimonial. Muchas personas están en espera de su media naranja, pero también muchos de ellos sienten que en el tiempo, se desesperan.

La Biblia nos enseña que el esperar crea oportunidades para confiar en Dios, así lo dice  el Salmo 27:14, "Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová". También no enseña que: “pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” Salmos 40:1 .En sí, la espera trae consigo un tiempo de búsqueda del Señor, un tiempo para esforzarnos y alentar nuestros corazones en su Palabra y en su amor, un tiempo para que Dios nos escuche, es la oportunidad para clamar pacientemente y esperar en El, porque seguramente vendrá nuestro clamor a sus oídos.

Muchos jóvenes hoy día están ansiosos por establecer un noviazgo, por casarse,  solo por el simple hecho de no querer estar solos, algunos no tan jóvenes también están en la espera, otros alegan que para no quemarse tienen la premura de casarse, otros por la sola satisfacción de todo aquello que piensan que el matrimonio o el noviazgo añadirá a su vida; pero el pacto matrimonial se trata más de buscar y hacer por el otro que por uno mismo, tal como Jesús hacia con sus amados. Por tales motivos el Señor nos alienta a esperar, quizás no hay motivaciones correctas para establecer el noviazgo, o quizás el propósito por el cual muchos quieren casarse es para no sufrir la soledad o el vestigio de quemarse La Biblia es clara, y si somos hijos de Dios, todo está escrito para nuestro bien.

Todos en la vida pasamos por momentos de espera, unos más largos o cortos que otros, pero igual en los momentos claves Dios nos insta a esperar. La acción de hacerlo está en nuestras manos, podríamos apresurarnos muchas veces para luego encontrarnos con resultados nada agradables.

Asimismo, el Señor nos exhorta también a huid de la fornicación, cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca (1 Corintios 6.18). Por eso en este tiempo una de las proclamas de CCN como cuerpo de Cristo es El que Ama Espera.

Recuerda siempre que “la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Sal.73:26),  todo tiene su tiempo, recuerda pues que el que ama a Su Señor espera en El, y si busca  primeramente a Dios,  El añadirá todas las cosas,  o ¿acaso Dios no conoce los anhelos de tu corazón?

 “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.”, Salmos 37.5

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